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Codes Antiguo

En 1911... festividad del Corpus Christi



Pocos son los documentos escritos en Prensa que hablan acerca de nuestro pueblo y menos lo son que nos narren con tremendo detalle una festividad tan singular e importante para los codeños de antes, el CORPUS CHRISTI, y más sorprendente aun que se remonte a 1911.


La Región fue un periódico bisemanal que se editaba en Guadalajara, en el periodo comprendido entre los años 1901 y 1912. Desconocemos quien firma el artículo ("S"), pero bien pudiera ser su director Miguel Solano, quien posteriormente fue Alcalde de Guadalajara.


El CORPUS CHRISTI era una de las festividades más importantes de la agenda religiosa anual de los codeños, y era la única vez del año que el pueblo se engalanaba con altares en el recorrido de la procesión.


Los altares eran elaborados por devotos fieles y habitantes del pueblo, y se encontraban dispuestos en algunas de las calles principales por las que transcurría la procesión de la festividad del Corpus Christi. Al menos siempre se contaban cuatro o cinco en el recorrido.

Se realizaban normalmente con sábanas y telas blancas, que eran colgadas de las fachadas de las viviendas, y una alfombra en el suelo. En algunas ocasiones albergaba un crucifijo del "Santo Cristo", la imagen de un santo o simplemente una ofrenda floral, normalmente con rosas del pueblo o un "arquillo" o arco de hiedra. El camino al altar se cubría de pétalos de rosas para recibir al "Palio" que era llevado por la corporación local (Alcalde, Teniente Alcalde y los dos Concejales) y a la comitiva religiosa encabezada por el Párroco del pueblo.


Fuera del extremismo religioso del autor, y de la excesiva exaltación católica del artículo (que sin duda alguna alcanza lo ridículo y disparatado en ocasiones), nos narra al completo y con todo detalle como era este acto religioso en Codes, y de que manera participaban los vecinos del pueblo en él.


Esta festividad y su celebración estuvo presente en la vida de los codeños hasta mediados de los años cincuenta del pasado siglo.

De nuevo la radical despoblación hacia las ciudades, sufrida en esos años, terminó con otra de las tradiciones del pueblo.


A continuación, transcribimos el texto del artículo para una mejor lectura, y mostramos el original de la publicación:

 

POSTALES

Codes

Un resorte intenso que se llama entusiasmo , una fuerza mágica e irresistible que no sé explicarla, es lo que me mueve en los presentes momentos a tomar la pluma para rendir tributo a la verdad y a la admiración, al reseñar, siquiera sea a la ligera, los solemnes y esplendorosos cultos , con que este católico y creyente pueblo de Codes se ha adherido a la gran procesión que con motivo del XXII Congreso Eucarístico Internacional tuvo lugar en Madrid el día 29, del pasado Junio, en que no sólo la Corte, sino todos los pueblos de la siempre católica España, se han postrado a los pies de Jesús, proclamándole como al rey de sus corazones y al ídolo de sus amores.

Como era de suponer, este honrado vecindario no podía quedar indiferente ante tal movimiento de adoración a Jesús en el sacramento del amor, y al efecto, después de vísperas y solemne misa el día de S. Pedro Apóstol, hecha la exposición de su D.M., rezado el Santo Rosario, en la que se cantó la letanía de la Santísima Virgen María, tuvo lugar la procesión con el Santísimo recorriendo todas las calles y plazas, las que estaban profusamente engalanadas con las mejores joyas que estos cristianos labriegos poseen.

La carrera estaba totalmente cubierta por flores y multitud de arcos de verde follaje, así como de numerosos altares, que sin interrupción se sucedían, fruto tal vez de un santo émulo que hizo a todos disputarse el primer puesto en cuanto a belleza y ornamentación.

Mi gusto sería reseñar todos, uno por uno, así como los trabajos llevados a cabo, pero como esto no es posible dentro de los estrechos límites de una crónica, me contentaré con decir: que el buen gusto en su adorno y construcción estuvo a la mayor altura posible. Aunque esto sea así, no por eso puedo pasar por alta sin manifestar a sus queridos lectores que el levantado bajo dirección de la virtuosa Sra. Dª Salustiana Fúnez, resultó muy bonito por la multitud de preciosas imágenes que colocadas artísticamente bajo hermoso dosel, lo hacían el extremo agradable. ¿Qué diré de los arcos y capilla que en forma de pabellón erigió la familia de D. Timoteo Martínez, para lo cual no dejaran medio alguno ni emitieron sacrificio a fin de que resultase una obra digna de mención y elogio? Aquello fue un derroche de arte y elegancias, sobre todo en la combinación de colores, donde se dejaba ver un gran acierto y un exquisito gusto. ¡Bien por los fervientes católicos de Codes! Así como por todos los jóvenes de uno y otro sexo que en un momento convirtieron la entrada a la Iglesia en un ameno jardín y hermoso vergel lleno de árboles y flores; En la Procesión se cantaron inspirados motetes y composiciones varias por un nutrido cores de chicas jóvenes de este pueblo, y un bonito Pange Lingua y Tantum Ergo en los que alternaban el clero y el pueblo.

Una nota simpática hubo en esta fiesta: la comunión general de la mañana en la que, además de ser muy numerosa, se acercaron a tomar el pan de los Ángeles unos cuarenta niños y niñas, estas vestidas de blanco, y las dignas autoridades de este pueblo con su Alcalde a la cabeza. Merecen mil placemes; <<así se hace.>>

Alguno habrá creído quizá, que me olvidaba de quien más que nadie merece felicitaciones y alabanzas por el celo y acierto con que se ha sabido solemnizar tan fausta fiesta, haciendo que sus insinuaciones, consejos y deseos tuvieran una feliz realización. Me refiero al dignísimo, virtuoso y nunca vituperable cura párroco de es pueblo D. Pedro P. Ibáñez, que desviviéndose por los feligreses, es todo para ellos, los que en justa correspondencia le veneran y reverencian como al padre de todos, teniendo como mandatos de la más estricta obligación (aparte de sus sentimientos netamente católicos), la más ligera indicación o consejo, y prueba de ello es el esplendor de esta fiesta, de la que me quedará recuerdo imperecedero.

Eso basta, mis queridos lectores, para dar un solemne mentís a todos aquellos, que ciegos por el odio sectario, se engolfan en la calumnia y en la mentira sirviéndose de estas pueriles y femeninas armas para desprestigiar personas dignas de todo respeto y veneración en las que no encuentran motivo alguno con que combatirlas. Si logran conseguir su intento entre personas que o conocen a estas víctimas, no sucede lo mismo entre los que tenemos el honor de tratarlas diariamente.

Termino, amados lectores, rogándoos copiéis el ejemplo de este pequeño pueblo; y vosotros, entusiastas católicos, recibid mi felicitación rogándoos al mismo tiempo aumentéis vuestra fe, si cabe aumento, al Santísimo Sacramento de la Eucaristía, siendo hijos sumisos de la Santa Iglesia católica en las personas de sus legítimos pastores.

S.

 

ORIGINAL DEL ARTÍCULO PUBLICADO en La Región (Guadalajara - 1911)

Periódico bisemanal, 18 de julio de 1911. Nº 1006

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