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  • Ernesto Tello García

Nuestro origen: ¿CODES o CODÉS?


CERRO DE CODES CON TORREON MEDIEVAL

Una “misma” denominación, dos pueblos lejanos y muy distantes en siglos entre ellos… podríamos considerar que se trata de una mera casualidad, pero lo singular y excepcional de su nombre “CODES” nos gustaría y hace pensar que algo en común tienen.


Actualmente, sólo se conocen en el territorio nacional dos únicas localidades que hayan llevado y lleven en solitario este nombre; aunque esto no es del todo real, estando el Codés navarro acentuado y mientras que el guadalajareño está libre de tilde. De esta manera los diferenciaremos cuando hablemos de ellos.


Mientras que Codes es una localidad existente en época actual; Codés da nombre a una sierra en Navarra, a la Virgen y al Santuario que se encuentra en estos parajes y participa del nombre de la localidad más cercana a ellos, el pueblo de Aguilar de Codés.


Ya extinto, sabemos, y está documentada, la existencia de la aldea o pueblo de Codés en esta zona navarra, siendo el principio que dio nombre a la actual Sierra, al Santuario y a la imagen de la virgen que se venera en él.


No existe historia, leyenda o documento que vincule a ambos pueblos, pero tampoco que los desuna en un posible origen común, al menos en lo que se refiere a la fundación y existencia de Codes (Guadalajara).

 

Son muchos los factores que podrían hacer viable una posible conexión entre ambos, pero para lograr una certeza es necesario poder acreditarla con hechos documentados, lo cual en nuestro caso no es posible, por lo que únicamente mostraremos e indagaremos en esas circunstancias relevantes que los podrían unir en el pasado, y dejaremos a la elección del lector, la decisión de llegar a una conclusión sobre la relación entre ambos pueblos.


Significado de los nombres Codes y Codés


Sirve su tilde para conseguir dos significados totalmente diferentes de esta palabra que da nombre a ambas localidades. Según los expertos, en el “bajo latín” la palabra codes, en la actualidad acentuada como codés, significaría piedra y la hoy no acentuada representaría el plural de código.


VISTA ACTUAL DE CODES (GU)

Sobre el topónimo mayor Codes son distintas las hipótesis sobre su significado. Algunos historiadores la consideran como una variante de codes(o), "mata de la familia de las leguminosas", teoría que se vería corroborada por los datos que aporta Pascual Madoz (1850) sobre la producción de "garbanzos, lentejas, yeros" en este lugar. Para otros cronistas de la zona bien pudiera ser que la denominación remita simplemente, por medio de una metáfora, a “codo”, aludiendo de este modo a una curva del arroyo de Valdefuentes. Podemos decir que ninguna de ella es definitiva respecto a lo que refiere a su significado toponímico.

VISTA NEVADA DE LA SIERRA DE CODÉS

En relación al topónimo Codés, nos centraremos en que el único y correcto es el que le da el significado de “piedra”, y nos ayudaremos para confirmarlo por las características de la Sierra de Codés, en la que destacan numerosas formaciones de peñas rocosas, y entre las que sobresalen por su belleza visual la de “Dos Hermanas” y “Los Penitentes”.




Con un origen toponímico que no está claramente determinado, Codes (Guadalajara), se valora cómo una palabra de origen romance, por lo que se considera como una raíz o vocablo que procede de otro, generalmente en palabras que provienen del latín. Esto significa que, los primeros pobladores de Codes la eligieron y la adaptaron de otra similar para designar a este nuevo lugar. Por ello, esta conjetura nos deja la puerta abierta a estimar que su origen bien podría provenir de otro nombre o palabra, con origen en el latín, como sería Codés.

 

Debemos partir sobre la dificultad de datar las fechas en las que se establecen o aparecen en la historia ambas localidades, pues es muy escaso cualquier tipo de documentación sobre la existencia en época medieval de Codes y Codés, por lo que es improbable hallar algún texto que nos indique el origen de ambas aldeas y su consiguiente fundación y desarrollo en los siglos posteriores.

Dada la antigüedad de Codés respecto a su homólogo alcarreño, es lógico que comencemos conociendo y descubriendo sobre la existencia, al menos entre los siglos VI y XIII, de esta localidad que se situó en Navarra:


CODÉS (Navarra) en la historia…


Las leyendas populares, y sobre todo aquellas relativas a la imagen de la Virgen de Codés, establecen que se fundó entre los años 570 a 575, a partir de la destrucción de Cantabria por el rey godo Leovigildo y que el actual Santuario de Nuestra Señora de Codés es lo único que queda de la aldea que existió. Siendo la imagen de la Virgen venerada en la cercana Cantabria; cuando esta fue destruida, su talla fue trasladada a la actual ubicación.


Así lo relata el P. Jacinto Clavería Arangua:

VISTA DEL SANTUARIO DE CODÉS

“Por los años de 570 a 575, imperando el rey godo Leovigildo, fue destruida la antiquísima y populosa ciudad de Cantabria. Al realizarse, muchos cristianos, que pudieron huir, llevaron consigo a las montañas la preciosa imagen, que más tarde fue hallada, junto con algunas reliquias de santos, en pobre ermita cercada de malezas y espinos lozanos.


Para perpetuar la memoria de este hallazgo y atender al servicio de Nuestra Señora se fundó un pueblo llamado Codés, del cual, excepto el santuario, no nos quedan ni vestigios. Se cobija a la sombra del monte Yoar, en cuya verde falda, rodeado de algunos árboles, graciosamente campea.”


El lugar estuvo emplazado entre Torralba y el Santuario de Nuestra Señora, estando su iglesia dedicada a San Miguel. En un libro de visita de la Catedral de Calahorra, se dice que la ermita fue la antigua parroquia de Codés y era aneja a la parroquia de Torralba. Por el contrario, el historiador Fernando Bujanda, mayor conocedor en éstas materias y en su obra «Historia de la Villa de Torralba», nos indica que una cosa es la aldea de Codés, con su iglesia de San Miguel, ya desaparecida, y otra la ermita dedicada a la Virgen de Codés y que correspondería con el actual Santuario.


Cuando queremos basarnos en documentos que prueban la antigüedad del pueblo o aldea de Codés, y de los municipios cercanos, los más remotos en el tiempo nos llevan al siglo X, y se corresponden con escrituras que firmaban los abades de Codés, relativas a los bienes y donaciones entre clero y nobles. Las más antiguas se remontan a los años 956, 992 y 996. Es de advertir que en tiempos antiguos eran también llamados abades los sacerdotes más dignos de los que había en un pueblo, como podía ser el caso de Codés.


Otros numerosos documentos nombran al pueblo o aldea de Codés durante los siglos posteriores, destacando una escritura de partición de rentas y frutos que en 1257 hicieron el obispo y el cabildo de Calahorra. También figura Codés como aldea en los documentos del archivo municipal de Torralba, desde el primero que se conserva de 1291.


El pueblo de Codés debió desaparecer a finales del siglo XIII o principios del siglo XIV, ya que en un documento de 1305 y en los demás posteriores se nombran los otros poblados de la zona y para nada se nombra a este. En esos años únicamente queda constancia de la existencia de un ermitaño en lo que queda del templo de San Miguel, el cual era la iglesia de Codés.


PANORÁMICA DE LA SIERRA DE CODÉS

Panorámica de la sierra de Codés (Foto: MªPaz San Juan / Flickr)


Siendo tiempos de guerra y asediadas las pequeñas aldeas, sus habitantes optaban por trasladarse a vivir a otras localidades más grandes, favorecidas por los privilegios y protección de los Reyes y nobles. Es muy posible que desapareciese, junto con otras aldeas y pueblos cercanos, al conseguir sus fueros la población vecina de Torralba en 1263. Tampoco favoreció a ello, la continua migración de navarros para repoblar los nuevos territorios que el Reino de Aragón reconquistaba en la península ibérica.


En lo relativo a las menciones documentales que se realizan sobre la Virgen de Codés, y a todas las referentes a la creación y gestión de su Santuario, son constantes y abundantes durante todos los siglos posteriores a la desaparición del pueblo de Codés, y hasta nuestra época.


CODES (Guadalajara) en la historia…


Como acontece con las pequeñas aldeas y pueblos, que no llegaron a obtener una gran relevancia en los siglos medievales, el conocer su fundación, antigüedad y origen resulta tarea improbable, y nos abre un camino lleno de suposiciones y posibilidades que nos animan a descubrir e imaginar todas estas posibles fechas y causas…


En estos casos, tal y como sucede con Codes, y en los que no existe un soporte documental que date su origen y existencia, son las leyendas y la tradición oral, transmitida a lo largo de los siglos, las que nos encaminan a fijar un punto de partida para llegar a una posible conclusión objetiva.


Los dichos populares más lejanos en el tiempo siempre nos han mostrado a Codes como un puesto fronterizo, que fluctuó, en los siglos del medievo, entre los reinos de Aragón y Castilla. A ello ayuda su disposición natural sobre la cúspide de un pronunciado cerro desde el que se divisan grandes distancias.

VISTA DESDE EL CASTILLO DE CODES

La toponimia de la localidad lleva a sus habitantes a llamar a la parte más alta de este, y que es el mejor punto de observación, como “El Castillo”, emplazamiento en el que se habría encontrado un Torreón fortificado, el cual, en los siglos posteriores y con la reconquista de la Península Ibérica ya finalizada, se habría derruido y utilizado para la construcción a principios del siglo XVI de la Iglesia Parroquial y otras construcciones del pueblo, siendo el origen del Codes tal y como lo conocemos hoy.

(Foto Javier Martìnez Alonso)

Bien podría ser la verdadera fundación del pueblo, a partir de los restos de su Torreón o “Castillo”, pero tenemos constancia de que la zona estaba habitada desde orígenes muy remotos a la Edad Media (existen varias localizaciones de emplazamientos celtíberas y prerromanos en el término). La presencia de restos históricos, encontrados en el Caserío, nos encaminarían como mínimo a la época mozárabe. Nos aventuramos a creer que ya en época visigoda, y posteriormente musulmana, existía un asentamiento en lo que actualmente es el enclave de Codes; no una población, pero si un puesto vigía entre zonas fronterizas. ​


Son siglos de transición, en las que la zona de Codes fluctúa entre las diferentes regiones y posteriores Reinos de “Al-Andalus”. La zona queda dentro de los límites del Reino de Toledo, desde el siglo IX y hasta el siglo X, pasando supuestamente al distrito de Medinaceli. Tras la muerte de Almanzor en el año 1002, y la desintegración de los Reinos existentes, se formaron numerosos Reinos Taifas, entre ellos el de Molina y Medinaceli, estando Codes posiblemente integrado en el primero.

En los años posteriores a su reconquista es cuando mayor movimiento de repoblación existe en esta zona, y como ya hemos comentado, encontramos a Codes no sólo como puesto fronterizo entre reinos, sino ya como un asentamiento estable con su propia entidad jurídica. Podemos considerar que Codes como población de derecho aparece alrededor del año 1124.


Es en esta época, 4 de noviembre de 1197, cuando CODES aparece como tal por primera vez en un documento escrito, al igual de como sucede con el resto de pueblos y aldeas de estos territorios. Tras una disputa por pago de “diezmos” entre el Obispado de Sigüenza y clérigos y seglares pertenecientes a la Villa de Medinaceli, y tras la situación tan tensa que se llegó a producir, finalmente se firmó un documento de Concordia, que incluía una relación detallada de todas las aldeas y sus firmantes. En este documento, aparece “Eodes”, siendo un error de grafía de la época, y que hace referencia a nuestro pueblo.

CENSO DE 1488 DE CODES

El siguiente documento que hace referencia a Codes data del año 1353, en el cual se realizaba una estadística con todos los pueblos que conformaban el Arciprestazgo de Medinaceli. En él se cita unidos a Codes y Modoxos (Modojos) y se indican en maravedíes las rentas que aportaban a sus arcas. Comparando los importes abonados por Codes y el resto de localidades cercanas, podríamos afirmar de que este gozaba de una posición poblacional predominante en la zona.

A finales del siglo XV, mantiene su ubicación en el Condado de Medinaceli (formado en 1479) perteneciendo a la “Cuadrilla de la Sierra Alta”, y siendo parte del censo de 1488 encargado por el V Conde de Medinaceli, Don Luís de la Cerda. En este documento aparece una relación nominal completa de los 27 vecinos que componen el lugar de Codes.


El Castillo de Codes (Guadalajara)


Origen e inicio de lo que hoy es el actual caserío, fue la fortaleza, torreón o castillo que existió en Codes. Debemos apuntar a que el propio emplazamiento de la localidad en si ya es una fortaleza natural.


Esta fortaleza con seguridad se remontaría ya a épocas en las que la cumbre de nuestro cerro era coronada por fortines ibéricos y celtas de sencilla construcción, que dominaban el sabinar y avisaban del peligro a los asentamientos existentes en el territorio.


Posteriormente, y durante la dominación árabe, estas estructuras, aunque siguieron siendo simples, mejoraron y se constituyeron en un torreón elemental, capaz de albergar alguna gente, y completadas por un pequeño recinto murado, donde se acogían enseres y animales. Restos históricos de esta época confirman que la cumbre de nuestro pueblo ya estaba poblada antes que la Reconquista cristiana llegará a sus puertas. Fueron lugares imprescindibles para la vigilancia, y cobijo, en estos territorios tan lejanos, aislados e indefensos.


Por los documentos medievales se deduce que, tanto los núcleos de población aunque fueran pequeños, como los lugares aislados del entorno rural, estuvieron frecuentemente al abrigo y protección de algún tipo de estructura defensiva, levantadas generalmente en las cumbres de los cerros.


Los fronterizos con Aragón estuvieron al norte del Señorío, en las Sexmas del Sabinar y la Sierra, y hoy casi todos se encuentran en ruinas y aún hay otros de los que restos ni quedan, como sucedería con el de Codes, y del cual estaría documentada su existencia y memoria según Sanz y Díaz.


MONTAJE ALDEA MEDIEVAL DE CODES

Ya en la Edad Media evolucionaron a torreón almenado, en las ubicaciones de las antiguas estructuras ya existentes, y eran capaces de albergar a varias familias con sus pertenencias. Como indica Sanz y Díaz, estas fortificaciones de vigilancia y auxilio, similar a la que existiría en Codes, eran de planta rectangular, con escaso realce, capaces para una reducida población o guarnición, divididas en varios pisos y sótano con pozo o aljibe, terminando en plataforma de observación y señalización para los centinelas de otras atalayas, que mediante luminarias por la noche y humaredas por el día se comunicaban en amplias líneas estratégicamente establecidas en un gran radio de acción. En nuestro caso se podría haber comunicado con total efectividad con la torre fuerte del vecino pueblo de Barbacil.


Existen indicios documentales, algunos transcritos por Antonio Herrera Casado, de que en los extremos occidentales del Señorio, don Manrique de Lara, primer señor y conde de Molina, levantó en la primera mitad del siglo XII poderosas fortalezas, entre las que posiblemente se encontraría la desaparecida de Codes.


Durante los siguientes siglos la fortaleza de Codes presidió el emplazamiento y actuaría de vigía entre las luchas de las coronas de Aragón y Castilla. A causa de estos enfrentamientos y mediado el siglo XV, acaece su posible destrucción.


En el año 1452 Codes sufre su mayor desgracia conocida. Tras los enfrentamientos de los Reinos de Castilla y Aragón, Don Gastón de la Cerda, IV Conde de Medinaceli y que luchaba junto a Castilla, cae prisionero de los aragoneses, quedando preso durante dos años. Una vez negociada su liberación y como venganza por su encarcelamiento, engaño y derrota desigual, apoyado por señores castellanos, arrasó una amplia zona fronteriza con Aragón, en la que se encontraba Codes. La comparativa entre la población anterior a 1452 y el censo de 1488 de la Tierra de Medinaceli, muestra que la mayoría de los más de treinta pueblos afectados por esta represalia conservaron sus vecinos y que mayoritariamente los incrementaron. Codes no se ajustó a esta realidad y debió sufrir severamente la venganza del Conde de Medinaceli siendo devastado y produciéndose una gran despoblación de vecinos. Si con anterioridad a 1452 contábamos con al menos cincuenta vecinos en el lugar, tras el ataque de las tropas castellanas, y a finales de siglo, únicamente 27 familias formaban el censo de Codes. Aunque en los siglos posteriores se repobló, fue un hecho que frenó el crecimiento como población, pues según datos de la época era de los pueblos de la zona que más vecinos tenía.


Es posiblemente en este acontecimiento, que afecto a la localidad y vecinos en sobremanera, cuando las tropas castellanas destruyen su torre y la fortaleza fronteriza de Codes, no siendo reconstruida y cayendo en desuso y ruina en las décadas que finalizan el siglo XV.​

MAPA 1570 CODES y SEÑORÍO MOLINA

En los documentos y censos posteriores, Codes sigue apareciendo como parte de la Tierra de Medinaceli, como lugar de Señorío Secular, que perdura en los siglos, y muestra una rápida recuperación poblacional, tras la devastación sufrida. En el Censo de Pecheros (Carlos I, 1528) la localidad ya cuenta con 62 vecinos pecheros o que contribuían con rentas a la Corona y con el Censo de las Provincias Ordinarias y partidos de la Corona de Castilla, de 1591, son 80 los vecinos pecheros.


Esto muestra que tras la destrucción sufrida surge un nuevo Codes, que recupera su población y sus antiguos y nuevos habitantes afianzan la seguridad del caserío dotándolo de nuevas construcciones en sillarejo o piedra. De igual manera y acorde a la nueva distribución del pueblo se realiza la construcción de la iglesia parroquial dedicada a San Pedro y cuya obra finaliza pasada la mitad del siglo XVI. Como parte fundamental y posibilitador de esta transformación aparece lo que fuera el Torreón o fortaleza de Codes y sus estructuras en ruina de piedra, y que según las leyendas populares de nuestros antepasados, fueron destinadas a la construcción del actual pueblo y formando parte de los muros posteriores del nuevo templo religioso que se levantaba.

 

Abundan en la toponimia de los pueblos de la zona los términos que conllevan a ideas de fortificaciones protectoras, y como ya hemos comentado con anterioridad esto tiene su mayor exponente en lo que los codeños denominan como “El Castillo”, cumbre del cerro desde la que se divisa el amplio sabinar y recuerdo inmemorial de la segura localización de lo que hubiera sido la estructura defensiva existente en época medieval.

 

Destacamos el gran trabajo de investigación de José Sanz y Díaz, historiador molinés del siglo pasado y gran descubridor de los castillos de esta zona, gracias al cual empezamos a tener conocimiento sobre la historia y existencia de esta fortificación en Codes. Su pasión por los castillos molineses queda reflejada en las siguientes líneas que bien podrían haber descrito nuestro baluarte:


“Coronan nuestros castillos cumbres y cimas en perpetua desolación, desafiando temporales y bonanzas, las nieves y los ardores del sol en un clima por demás extremo. Permanecen allí con sus historias épicas a la espalda y el sombrío misterio de sus leyendas, bordadas por los románticos sobre el cañamazo medieval”.


Época de la Reconquista y Repoblación cristiana de Codes.


La reconquista de la Península Ibérica y su repoblación podría ser el posible nexo de unión entre ambas localidades, pues en estos primeros años de recuperación de territorios en nombre del Reino de Aragón y Navarra, eran los pobladores autóctonos de este los que ocupaban los nuevos asentamientos.


En la Época de Reconquista y estando nuestro territorio bajo la influencia del dominio “zaragozano”, es cuando se produce la victoria de Alfonso I el Batallador sobre las tropas almorávides en las zonas de Molina (1120 a 1129).


En lo que se refiere a la conquista concreta del actual emplazamiento de Codes, esta se realizaría probablemente a principios de la década de los años veinte del siglo XII, varios años anterior a la conquista y consolidación de la capital y totalidad del territorio molinés.



Queda acreditado por la historia, que durante estos primeros años de reconquista, el nuevo pueblo de Codes se formó y creció bajo el amparo del Reino de Aragón y Navarra, y que la lógica dicta que fue repoblado por habitantes de estos reinos. No existe constancia que nuestro pueblo existiera como aldea, lugar o villa con entidad propia en la época árabe y el sentido común nos lleva a pensar en él como un puesto vigía con un pequeño asentamiento, por lo que la localidad sería poblada, construida y levantada en los primero años de la repoblación de la zona (1123-1124).


Las tomas de estos territorios y la anterior de Medinaceli, establecen un conflicto entre las coronas de Castilla y Aragón, con lo que en esos años el puesto fronterizo de Codes fluctúa en manos de ambos reinos. Con el beneplácito de los reyes de Castilla y Aragón, en los años 1139-1141, se constituye el Señorío de Molina como estado libre e independiente, entre ambos reinos y en el cual nuestro pueblo queda relegado.

En los años posteriores y ya con un reparto final de los territorios entre ambas coronas, pasó al Común de Calatayud, según se especifica en el Fuero que a esta comunidad le concedió el rey Alfonso I el Batallador, y en el que se indica que Codes era una señalada fortaleza fronteriza, pero pronto quedó por el Común de Tierras de Medinaceli, estando desde el siglo XV en el Señorío de Los Cerdá, y formando por tanto en el Ducado de Medinaceli.

 

En los primeros años de reconquista del territorio de Codes se realizó una repoblación de la zona, que había dejado los terrenos despoblados y las tierras yermas. Los campesinos eran libres, aunque la tenencia de tierras solía tener pareja un pago de rentas feudales. El más importante contingente de colonizadores de estas tierras estuvo formado por navarros, vascos y aragoneses, y posteriormente por los mozárabes, además de los judíos y moriscos que quedarían en estas tierras.


Coincide con fechas (1120-1125) en las que las repoblaciones del territorio conquistado aún era ocupado por ciudadanos navarros y aragoneses, pues en el siguiente lustro (1126) y ya sin disponibilidad de habitantes autóctonos del reino, Alfonso I se vio forzado a realizar una expedición por Al-Andalus para reclutar mozárabes con los que repoblar las nuevas tierras incorporadas por él al reino.


En estos tiempos en el norte del Reino de Aragón, por lo que esto también atañe a Navarra, había un grave problema de sobreexplotación del territorio debido al gran número de habitantes que lo poblaban. Los reyes de la época ofrecían fueros y libertades especiales a los súbditos que tuvieran la valentía de repoblar las nuevas zonas fronterizas, amenazadas por las frecuentes algaradas morunas o a cabalgadas cristianas de reinos enemigos. Alfonso I optó por defender la denominada “Extremadura aragonesa” y las tierras sorianas con milicias de voluntarios deseosos de aventura. Aunque era reciente la incorporación de la corona navarra a la aragonesa (1119), existía un fuerte vínculo navarroaragonés en idioma y orígenes, y por ello destacados navarros a título personal y un gran número de navarros menos conocidos, colaboraron en la empresa colonizadora-conquistadora del reino aragonés.


Son territorios amplios e importantes para Alfonso I El Batallador, por lo que organiza toda esta zona soriana y molinesa y se mejora su población, para así controlar los accesos al valle medio del Ebro.

Estas tierras fueron pobladas siguiendo una pauta similar, la que dictaba el derecho común romano. Se tenían en cuenta dos condiciones: los terrenos pertenecían a la corona; y los que eran baldíos pasaban a ser propiedad del primer cultivador que los roturase recibiendo un documento acreditativo de propiedad.

La forma de ocupación que se realizó en la zona de Codes fue por repoblaciones de pequeños agricultores, los cuales lograron escapar a las propiedades nobiliarias al constituirse en aldeas y comunidades de campesinos libres, con entidad jurídica propia, como debió suceder en nuestro pueblo.

 

¿Son coincidencias?


Conquistadores navarros


Según nos cuenta el gran historiador molinés Sanz y Díaz, en la segunda mitad de la década de los años veinte del siglo XII, por nuestros territorios andaban vigilantes las pequeñas y bravas huestes de los capitanes navarros llegados con el Batallador, don Fortún Sanz de la Vera y don García de la Vera, guardianes de las líneas de repoblamiento de las tierras molinesas.


Contaban estos contingentes y grupos armados del enclave que protegían con el resguardo a retaguardia de castilletes y torres vigías en alturas estratégicas, como el torreón de Codes, para evitar sorpresas en las rutas fronterizas.


Esto confirma la realidad de la reconquista y repoblación de nuestra zona, y que en buena parte se realizó por navarros. Al igual que los capitanes navarros don Fortún Sanz de la Vera y don García de la Vera, segundones de nobles linajes del reino de Navarra, otros muchos conciudadanos suyos les acompañaron durante los comienzos del siglo XII en sus aventuras de reconquista en tierras de Calatayud, Medinaceli y Señorío de Molina. Era a estos últimos, sus caballeros armados, a quienes se les encomendó la protección de las fortalezas y torres amuralladas que coronaban los cerros de estas tierras, y que a la vez albergaban a colonos y pobladores, de origen navarro, aragonés y vasco, de las nuevas aldeas que se formarían alrededor de estos complejos defensivos, y que poco a poco, se fueron organizando hasta formar los posteriores concejos o pueblos.


Origen de las nuevas aldeas y pueblos


Queda constatado que el nombre de gran número de aldeas y pueblos, que surgieron en tiempo de reconquista, de Calatayud a Molina de Aragón, tienen su origen en raíces navarras y vascas, por ser mayoritariamente los lugares de procedencia de los repobladores que las ocuparon.

PLANO TERRITORIOS Y FRONTERAS DE CODÉS

Debemos tener en cuenta la estrecha vinculación que existía en la época entre el pueblo navarro y el vasco, compartiendo fronteras y una gran abundancia de términos lingüísticos. Más aún en lo que se refiere a Codés y a la Sierra de Codés, y que eran frontera natural entre ambos territorios.


Muchos de los pueblos de la zona deben el origen de sus nombres a “topónimos vascos y navarros de repoblación”, lo que indica que serían repoblaciones o asentamientos de nuevas aldeas y pueblos, y que sus nuevos habitantes habrían optado por estos nuevos nombres. Según los expertos, entre ellos, y cercanos a Codes, destacarían las localidades Amayas, Anguita, Maranchón y su despoblado Obetago, Selas, Rillo de Gallo…; y en la vecina población de Soria con mucha posibilidad los pueblos de Iruecha, Layna y Chaorna.


En ese siglo XII, y posteriores, casas con linaje navarro se establecieron en pueblos del Señorío, y en el Valle del Mesa la casa Funes fue señora de sus localidades.


Pueblos en las alturas de una Sierra


Ambos pueblos eligieron su ubicación en zona montañosa, el Codés navarro dió nombre a la Sierra en la que se encontraba y el Codes guadalajareño formando parte de la Sierra de Solorio.


Especialmente destaca Codes, cuyo emplazamiento se sitúa sobre la cumbre de un áspero cerro, rodeado todo él de amplios sabinares. Este se alarga durante cinco kilómetros hasta llegar a lo que fue el poblado de Modojos, cuyá existencia está probada en época medieval y citado en 1353 por Fray Toribio Minguella como localidad anexa con su pequeño templo a la parroquia de Codes.


El ahora desaparecido poblado de Modojos tenía como parroquia una sencilla ermita, situada en la ladera de un monte, y dedicada al Santo Bartolomé, curiosa coincidencia, pues otra ladera de la Sierra de Codés (Navarra) alberga otra a idéntico santo que data, en parte de sus hechuras, de construcciones realizadas a mediados del siglo XI y principios del siguiente, que serían previas a la construcción de su homóloga alcarreña.

 

Conozcamos más de Codés y su entorno:


La Sierra de Codés


Las dos principales cumbres son las de Joar (también conocida como Ioar y Yoar) y La Plana, desde las cuales se pueden contemplar excelentes panorámicas de la comarca.


La cara sur del pico Ioar (1418 m), punto culminante del macizo, proyecta por encima de la localidad de Azuelo una extraordinaria arista erizada de enormes monolitos vivamente coloreados.

LA SIERRA DE CODÉS

La sierra de Codés - Las Dos Hermanas, Sierra de Codés (Foto: José María Mauleón / Flickr)


Las dos primeras agujas del macizo, son de color rojo y reciben el nombre de “Dos Hermanas de Codés”. Su sorprendente denominación está en el origen de una antigua leyenda en la que dos pobres huérfanas son petrificadas por haber desobedecido a su malvada madrastra.


En la ascensión, se puede disfrutar del magnífico espectáculo de las agujas de piedra, que se desparraman como gigantescos monolitos por las laderas de la sierra, especialmente de la Aguja de los Cencerros. También se recorren robledales, entre los que destacan ejemplares centenarios, y uno de los hayedos más meridionales de Navarra.


El Santuario de Codés


VISTA SANTUARIO DE CODÉS

Situado a los pies de la sierra de Codés, nos encontramos con este santuario del siglo XVI. En el año 514 el rey Leovigildo destruyó la ciudad de Cantabria (Logroño). Un grupo de cristianos escondió la imagen de la Virgen de su Iglesia en estos bosques y casi mil años más tarde (1275), un pastor de estos lugares, la encontró en una cueva entre malezas. Enseguida se construyó la primera ermita de la Virgen de Codés, que algunos años después (1530) dio origen al actual Santuario.


Es un monumento al cobijo de la Sierra de Codés y que se asienta en un paraje montañoso y escarpado, en el macizo de montañas más occidental de Navarra, en el límite con Álava.


ESCALINATA SANTUARIO CODÉS

El santuario actual se construyó entre los siglos XVI y XVIII sobre la anterior edificación de la que no ha quedado ningún vestigio. El conjunto, de aspecto monumental y estructura armoniosa, nos sumerge en su pasado histórico. Conjunto formado por la Iglesia, la Torre, la Hospedería, el pasadizo bajo la torre, la fuente, las explanadas y la hermosa escalinata en una estructura armoniosa.



La torre y el pórtico adosado son los que ofrecen un mayor interés artístico. A pesar de que se construyeron en el siglo XVIII, su sobriedad recuerda a los modelos arquitectónicos y decorativos del XVII.


Junto al pórtico se sitúa la fuente de la Virgen en una gran hornacina de piedra con un nicho para albergar la imagen de Nuestra Señora de Codés.

VIRGEN DE CODÉS (NAVARRA)

En el interior de la iglesia del siglo XVI, observe la reja barroca que cierra el retablo mayor, presidido por una imagen gótica del siglo XIV de la Virgen de Codés con el Niño. Data de 1651 y está decorada con balaustres y una gran rueda rematada en cruz.


Completan el conjunto de Codés la hospedería construida en 1614, donde se ofrece alojamiento y servicio de comedor, y el Palacio del Obispo de Calahorra, Pedro de Lepe, edificado en 1692.


Si lo visitamos en la actualidad, al pie de la sierra de Codés, ofrece refugio al visitante en su hospedería y nos regala un paisaje delineado por el vuelo pausado de las águilas.


Como conclusión…


Ya documentados con toda lo existente y disponible, sólo nos queda analizarlo e interpretarlo para así tomar una decisión al respecto.


Muchos son los posibles indicios y pocas o ningunas las evidencias sobre la posible vinculación de ambas localidades, y por ello todo queda abierto a la interpretación y deseo de quien sea el lector. Determina su elección su atrevimiento de ignorar todos los inconvenientes y soñar con una relación entre las localidades de Codés y Codes, donde los pobladores del primero hubieran sido origen y parte esencial de la fundación del guadalajareño en los primeros años de reconquista de los territorios cercanos a este: o por el contrario, tomar la decisión objetiva y pedir certidumbre documental al respecto, y en ausencia de ella, no sostener que ambas son hermanas de origen.


Fuera cual fuera la determinación tomada, y sea cual sea la historia en los siglos de ambos "Codes", no podemos obviar su mayor verdad, y que es que nos encontramos ante dos sitios de especial interés y belleza, con su importancia artística y en un excepcional e inmenso entorno natural como sucede en el caso navarro, y en su disposición con un gran encanto y excepcional singularidad sobre la cumbre de un áspero cerro como sucede con su homólogo guadalajareño...



 

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REFERENCIAS / BIBLIOGRAFÍA:

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